sábado, 25 de diciembre de 2021

El Niño Estelar

Saludos a todos, damas y caballeros.

Éstas son fechas destacadas, fechas en las que es fácil ponerse místico. Para los que somos católicos tiene un significado especial, pero incluso sin ser creyente se puede extraer un mensaje que todo ser humano puede entender, como es la paradoja de que la hora más oscura, o el día más oscuro en este caso, da pie al triunfo de la luz. Lo profundo del invierno dará paso, progresivamente, al sol y la calidez, alejando los horrores de la noche hasta llegar a la primavera, en que retorna la vida. Uno puede ser creyente o no, pero no puede sustraerse a la gran verdad que esconde esa paradoja.

La entrada de hoy trata precisamente sobre la paradoja que más me gusta en Warhammer 40k, y que tendrá mucho peso dentro del menú friki del año que viene, en principio y si todo se llega a concretar. Ya el año pasado me desmarqué con una entrada, como digo, un tanto mística, referida a la Niña de la Luz de Mordheim, y este año hablaré de algo que me gusta todavía más si cabe: el Niño Estelar.

El origen

Estoy seguro de que los lectores del Troglablog son gente de cultura y por tanto es muy probable que no les cuente nada nuevo, pero empezaré por el principio, por si acaso. El concepto del Niño Estelar surge por primera vez en el libro "Realms of Chaos: Lost and the Damned". Esa obra es la piedra fundacional de muchas cuestiones sobre Fantasy y 40k que han llegado hasta nuestros días, como el duelo entre Horus y el Emperador, la caída de Mortarion o la idea de que el Emperador es un ser divino creado por la conciencia gestáltica de varios chamanes que cometieron suicidio ritual para crearlo.

También es el origen del Niño Estelar. Creo que lo más adecuado para ilustrarlo es que os ponga una captura de pantalla directa del texto en cuestión:

Esto es todo lo que hay. Luego se habla de los Sensei y los Illuminati (de los que ya se había hablado en el "Slaves to Darkness") y te dan reglas para hacerte una banda de Sensei, que tienen incluso el poder de "desconvertir" gente del Caos. Esto es importante porque se ve que antes existía la posibilidad de que un paladín del Caos dejara de serlo, cosa que se perdió a medida que avanzaba el Trasfondo, dando un sentido de condenación más acorde a gustos protestantes. 

En todo caso, no hemos venido a hablar de eso. De momento, al menos. El Niño Estelar no es más que esa pieza de Trasfondo pequeña, pero para mí es una idea poderosísima. Ya no solo por los ecos de Cristianismo que contiene, sino porque es estéticamente bella: me encanta la idea del alma del Emperador renaciendo lentamente en la disformidad, como un niño pequeño, y la inmensidad de la revelación que debe suponer para quien obtenga conocimiento de esto. Me gusta porque es paradójica: la idea del Emperador, el ser supremo, el psíquico más poderoso de la galaxia y capaz de rivalizar con lo dioses del Caos, convertido en un niño. Hay algo de ternura innegable en esa imagen, y la palabra "ternura" es algo que jamás se asociaría al EMPRAH, las cosas como son. Eso es, para mí, el sello de calidad de un buen Trasfondo: uno que permite muchos matices y puntos de vista sobre las cosas.

La paradoja

En realidad, se ha escrito muy, muy poco sobre la tesis del Niño Estelar. Pero tiene interesantes ramificaciones. La más clara de ellas es que el Emperador puede renacer, por lo que el estado lamentable en el que se encuentra, que no solo es malo sino que además se deteriora, podría ser revertido. No obstante, para que esto sucediera tendría que morir, lo cual sería una tragedia monstruosa para un Imperio que necesita el Astronomicón (y por tanto, al Emperador) para no sucumbir.

No tengo del todo claro de dónde sale esta idea, pues no está contenida, ni siquiera como conclusión implícita, en el párrafo de Trasfondo que he puesto antes. Creo (CREO) que sale de la trilogía del Inquisidor Jaq Draco sobre las Guerras de la Inquisición. Los libros de Draco son, para qué engañarnos, áridos de cojones y muy, muy, muy raros. Pero también son un testimonio muy valioso de los orígenes de Warhammer 40k, de cómo era todo antes, y, entre otras cosas, de la teoría del Niño Estelar y todo lo asociado en forma de Illuminati, Sensei, el Rhana Dandra Eldar y demás.

Sabiduría ancestral

Puede que la teoría en cuestión sea más reciente, relacionada con la aparición en el Trasfondo de los perpetuos. Siendo el Emperador un perpetuo, acabaría renaciendo (como dice la tesis del Niño Estelar), pero para ello tendría que morir primero, cosa que no puede hacer porque está ligado al Trono Dorado. Sea como sea, de nuevo aquí se plantea una interesante paradoja: en términos absolutos, lo mejor tanto para el Emperador como, seguramente, para la propia Humanidad sería que el Emperador muriera, renaciera, y comenzara la obra de nuevo. No obstante, eso significaría la destrucción del Imperio, por lo que podría ser lo mejor para la Humanidad como tal, pero no para los humanos concretos que tendrían que tomar la decisión de desenchufar al Emperador de su soporte vital.

O dicho de otra forma: el Emperador no es el líder del Imperio, sino su siervo, y los humanos no se sacrifican por el Emperador, sino que es al revés.

Esta paradoja me gusta como persona religiosa que soy: ilustra perfectamente la afirmación evangélica, también paradójica, que señala que quien quiera salvar su vida la perderá, pero el que la pierda se salvará. El esfuerzo por mantener con vida al Emperador está produciendo un declive, no solo en el Emperador, sino en toda la raza humana, que está siendo condenada a la extinción por el poder creciente del Caos. Al contrario, si se permitiera al Emperador perder la vida, quizá tanto el propio Emperador como la Humanidad pudieran salvarse.

También me interesa mucho desde un punto de vista profesional. Soy economista, y un elemento común a muchos grandes problemas económicos es la tensión entre un beneficio menor pero inmediato y un beneficio mayor pero futuro. Un caso es el sistema de pensiones: todos los partidos, de izquierda y derecha, saben que el sistema de pensiones español no puede mantenerse en los mismos términos en que se planteó en 1980, y reformarlo traería un gran beneficio (si se hiciera bien) a la sociedad. Pero esos beneficios se verían a largo plazo, mientras que los costes serían a corto plazo, sobre todo ahora que los boomers se están jubilando, y su voto es clave. Por lo que políticos de todo signo y condición han optado por "eso será problema del siguiente" para no comerse ellos el marrón.

La aplicación

Pero volviendo a las miniaturas, que es lo que nos ocupa... con todo lo que me gusta el Trasfondo del Niño Estelar, nunca he tenido oportunidad de hacer nada a nivel de juego que pudiera incardinarse en esta teoría. Hasta que el otro día, leyendo el Libro de la Fe del nuevo "Necromunda"...

Hay que decir que el nuevo Necromunda me ha sorprendido positivamente hasta cierto punto. Esperaba que fuera una mierda y a ver, lo es, pero tiene sus méritos y hay que reconocérselos. No tiene nada que ver con Necromunda eso sí, lo han llamado así como lo podían haber llamado "Caravaca de la Cruz Underhive", pero tiene su gracia. Y, para bien o para mal, es probable que haya campaña al nuevo Necromunda el año que viene en el Troglablog. Realmente ya habíamos pensado en hacerla en 2021, pero no pudo ser, así que sería recuperar esa idea, que esta vez parece ir más en serio.

El caso es que me sorprendió muy gratamente el fragmento que he mostrado en la imagen, y me ha sorprendido porque, muy probablemente, el Culto de la Auténtica Resurrección está haciendo referencia al Niño Estelar. Y eso me dio una idea: había decidido ya usar las minis de Redencionistas nuevas porque todos los demás van a usar bandas nuevas y por escala yo tengo que hacer lo mismo quiera o no, y de las nuevas los Redencionistas me parecen lo más decente que hay. Pero... ¿podría hacer una banda de Redencionistas en la cual el líder, casualmente o no, ha descubierto la terrible verdad del Niño Estelar y se ha dado cuenta de que, para que el Emperador y la Humanidad renazcan, el Imperio debe perecer?

Godwine el Fiel

El peso de tal conocimiento debe ser una carga monstruosa sobre los hombros de cualquier persona. El Imperio no es el guardián de la Humanidad, sino la losa que la va a sepultar con tal de mantener los privilegios de su casta dirigente. Los Helmwar y cualquier casa imperial no gobiernan en nombre del Emperador, sino aprovechándose de él. Un hombre así no tendría más remedio que luchar, pues la revelación que ha sufrido es demasiado poderosa como para ser desobedecida. La inacción es peor que la muerte, pues no hacer nada llevaría a un escenario mucho más espantoso que esa muerte. Sin duda, un hombre así ofrece un arco narrativo muy interesante.

Pues hasta aquí la ida de olla de esta Navidad. Sé que estoy bajando el nivel, el año pasado al menos os enlacé las reglas de Johanna Heldenhammer, este año no hay ningún regalo sino una teoría de la conspiración del Warhammer 40k. En todo caso, si alguno de vosotros no conocía al Niño Estelar ya ha aprendido una cosa más hoy, con lo que no ha sido todo en balde.

¡Feliz Navidad!

2 comentarios:

  1. Mucho bla bla bla y poco cosechar cráneos veo por aquí..

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    1. Jajajaja... no te falta razón. ¿Debo entender que te ofreces voluntario? XD

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