Año imperial / Acontecimiento
1972 Nace como hijo bastardo
de Vyacheslav Dorogov, hijo de un boyardo de Kislev. Para evitar reconocerlo,
es entregado en adopción al palafrenero del castillo, con el nombre de Nákazan.
1978 Su padre adoptivo resulta ser un alcohólico
(como todo buen kislevita) y acaba vendiéndolo con solo seis años a Ígor
Volski, un adinerado mercader que pretende emplearlo como mozo de carga.
1986 A la edad de catorce años, debido al carácter
insumiso de Nákazan, Volski vende al muchacho a un entrenador de gladiadores en
la ciudad kislevita de Ptorsk. Nákazan participa en su primer combate con
quince años enfrentándose a tres dogos de guerra a los que da muerte. Antes del
combate es presentado al público con el nombre de Trifón, con el cual será
conocido durante el resto de su vida.
1993 El entrenador de gladiadores pierde su negocio
frente a Ménsulo Batracio, un lanista imperial con contactos en Kislev. Todos
los gladiadores pasan a ser de su propiedad y son llevados a su ludus en
Mordheim.
1998 Trifón hace valer su poderío físico y el
adiestramiento recibido y tras pocos años recibe el título de Rey del Pozo. Su
nombre se vuelve conocido no solo en Mordheim sino también en toda la provincia
de Ostermark.
1999 El Cometa cae sobre la ciudad, lo que permite
a Trifón y a un grupo de gladiadores escapar del ludus de Batracio.
1999 Los gladiadores aprenden pronto que varios
postores alquilan los servicios de guerreros o guardaespaldas que les acompañen
por las ruinas de Mordheim. El grupo de Trifón acepta trabajar para un mercader
de Marienburgo que pretende dar una lección a un rival árabe.
1999 Abandonados por sus patrones, los gladiadores
se ven obligados a buscarse la vida vendiendo piedra bruja o haciendo trabajos
que requieran la fuerza bruta. Sus enfrentamientos con la Santa Hermandad, un
grupo de estalianos dirigidos por el Caballero de Rivas, se vuelven frecuentes.
1999 Crixo, uno de los lugartenientes de Trifón,
es capturado por la Santa Hermandad. Los gladiadores intentan abortar la
ejecución pública que los estalianos han organizado pero no logran llegar a
tiempo. La enemistad entre ambas bandas se enquista.
2000 Una partida de saqueadores nórdicos de la
Tribu de la Serpiente Negra llega a Mordheim. Muy pronto empiezan a trabajar
junto a la banda de Trifón.
2000 En las ruinas de Kriegsburg, que antaño fue una
poderosa fortaleza pero que quedó derruida tras una multitudinaria batalla,
Trifón encuentra una espada élfica ricamente adornada, a la que llama “Résped”
o “Lengua de Serpiente”. Desde ese momento se convertirá en su arma favorita.
2000 Thorvald, el chamán de la tribu norse, invoca
a un antiguo ancestro nórdico que ascendió a la demonicidad. Para lograrlo
resulta crucial el apoyo de los gladiadores, que consiguen frenar a una
coalición de bandas que tratan de impedir el ritual. Trifón resulta herido de
gravedad por el Caballero de Rivas y su recuperación se debe en gran medida a
que abre su alma al Caos.
2001 El barco de Le Coblanc, un famoso capitán
pirata que se creía muerto hacía tiempo, aparece en un pantano cercano a
Mordheim. Las principales bandas de la ciudad acuden a investigar, sin duda
atraídos por los rumores de un gran tesoro. Tras una sangrienta y terrible
batalla, en la que el barco acaba explotando, son los gladiadores y los
nórdicos los que se hacen con él.
2001 Trifón y Gunnar, el líder norse, interceptan
una partida de refugiados guiados por una sacerdotisa de Myrmidia y protegidos
por la Santa Hermandad y por un grupo de caballeros hospitalarios. Con ellos
llevan también una importante reliquia y varios tesoros del templo de Myrmidia.
Tras un breve enfrentamiento en el que los norses atacan por sorpresa desde los
tejados y en el que muere la sacerdotisa, los hospitalarios acceden a que
Trifón se quede con las reliquias a cambio de perdonar las vidas de los
refugiados. Si la superioridad de norses y gladiadores ya era evidente antes
del enfrentamiento, desde ese momento su poder se vuelve incontestable.
2001 Trifón y su banda asaltan el Ludus Magnus que
Batracio había abierto en una villa cercana a Mordheim. Allí, gracias a la
ayuda de los norses, capturan a Batracio. Trifón derrota en combate singular a
Brutus el Intelectual, el antiguo entrenador al servicio de Batracio, y con su
sacrificio es bendecido por los Poderes Oscuros. Tras ello, su banda se
disgrega, con algunos de los gladiadores considerando que las cosas han ido demasiado
lejos. Enomao, su antiguo compañero, se enfrenta a él pero es derrotado y
herido de gravedad. Trifón y los gladiadores que le siguen siendo fieles (entre
ellos el ogro Moog) deciden dirigirse a Norsca junto con la banda de Gunnar.
Para ello asaltan los astilleros de Mordheim y roban un pequeño barco de recreo
imperial que estaba listo para ser botado cuando cayó el Cometa. Con unas
pequeñas modificaciones y alguna reparación, zarpan rumbo a Norsca.
2002 Trifón y sus hombres permanecen como invitados
de honor en la aldea de Gunnar durante unas pocas lunas, pero pasado un tiempo,
Trifón decide partir aún más al norte, hacia las tierras del Caos, buscando
encontrar un templo antiguo que se le aparece en sueños. Algunos de sus más
fieles seguidores le acompañan.
A patir de este momento,
fechar los acontecimientos de acuerdo al calendario imperial carece de sentido,
dado que el tiempo fluye de manera distinta en las tierras del Caos.
1 Tras varias escaramuzas, los únicos que permanecen con vida
de la banda inicial son Trifón, Moog, Tetraites y Carpóforo. Sin embargo,
bandas itinerantes de bárbaros u hombres bestia han sido anexionadas, por lo
que el grupo es más fuerte que cuando llegó.
2 La banda libera de una jaula a un hechicero llamado Sorros,
quien, gracias a su conocimiento del Norte, pasará desde ese momento a ser un
importante consejero de Trifón.
3 Se producen varias escaramuzas contra otras bandas errantes.
En una de ellas, Trifón es derrotado por el paladín de Khorne Martin
Khornelissen, quien le perdona la vida a fin de poder volver enfrentarse a él
en el futuro, pero le causa un corte en la cara que deja al gladiador tuerto
del ojo izquierdo.
4 La fama de Trifón se extiende por las Tierras del Caos.
Curval el Reprobado y sus hermanas Crania y Algolia, todos ellos adoradores de
Slaanesh, se unen a su hueste.
5 La Apostasía. Trifón encuentra el templo que se le aparece
recurrentemente en sueños en donde, a través de una llama sagrada, se le
manifiesta un Señor de la Transformación. Éste intenta convencerle para que
pase a adorar a su maestro en vez de al Príncipe Negro. Dándose cuenta de que
Tzeentch quiere engañarle para convertirlo en su sirviente particular, de que
ésta es la única motivación de los cuatro dioses del Caos, y de que Slaanesh
consiguió atraerlo hacia sí simplemente por ser el primero en tentarle, Trifón
reniega de rendir culto a cualquiera de ellos y decide convertirse en un
servidor del Caos Absoluto. En un acto de furia ataca con Résped a la llama,
hundiendo la espada élfica en ella. Los encantamientos de exorcismo que poseía
la hoja y que el gladiador desconocía consiguen dañar al gran demonio, que
logra salvarse en el último momento anulando la magia de la espada, pero al
precio de permanecer encerrado en ella. En el proceso de encarcelación, gracias
al poder nuevo que ahora ostenta el kislevita, éste recibe una revelación
gracias a la cual comprende que el Caos es una fuerza pura del universo y que
forma parte de un ciclo eterno e inevitable de destrucción-restauración. Trifón
abandona el templo, consagrado a la destrucción del mundo.
En realidad, todos estos
acontecimientos formaban parte de un plan más retorcido orquestado por el
propio Tzeentch. Sabedor de que el gladiador podría tener un gran futuro como
paladín de Slaanesh y de que esto iría en contra de sus propios intereses, el
Gran Conspirador decidió reavivar en Trifón su deseo de venganza sobre la
sociedad que le había tenido como esclavo tantos años, convirtiéndose en un
paladín de la destrucción. Además, otros motivos secretos llevaron a Tzeentch a
preferir que Trifón no fuera adorador de ningún dios en particular. Nunca
intentó convertirlo en seguidor suyo, ya que sabía lo remotamente complicado que
eso iba a resultar, pero engañó a uno de sus Señores de la Transformación para
que se lo ofreciera. El sacrificio no resultó en vano, pues El Que Cambia las
Cosas consiguió un objetivo doble: por una parte arrebatarle un paladín a su
hermano menor y por otra conseguir cierto poder de influencia sobre Trifón
gracias a tener a un siervo prescindible encerrado en su espada y susurrándole
ideas.
6 Moog abandona la banda de Trifón siguiendo unas voces que le hablan en su cabeza y que le apremian a viajar al oeste. Allí, al norte del Mar Helado, consigue la completa adoración y sumisión de una importante tribu kurgan, los pohjol, después de “salvarlos” de una horda de bestias monstruosas que les atacaban.
7 Batalla del Gran Cráneo. Trifón logra una importantísima victoria contra el paladín Kaorpudel el Glorioso. Aunque la hueste de Kaorpudel es muy superior, ya que la integran guerreros y caballeros del Caos, la de Trifón la supera en número gracias a los refuerzos pohjol aportados por Moog. El kislevita envía una gran oleada de bárbaros contra la línea acorazada enemiga y distrae a la caballería pesada con sus jinetes ligeros, más rápidos y con mayor maniobrabilidad. Con esto consigue ganar el tiempo suficiente como para llegar hasta donde se encuentra Kaorpudel, a quien derrota en combate singular. Vladak Ulfwir y Dvořak el Cruel, comandantes de infantería bajo el mando de Kaorpudel, reconocen el liderazgo de Trifón y unen sus tropas a su hueste.
8 El errar de Trifón le lleva al sur, al Territorio Troll.
Allí se enfrenta en un par de escaramuzas a la nigromante Chantal que ha
abandonado temporalmente su refugio en Erengrado para intentar hacerse con el
control de Chamon Dharek.
9 Tras unos enfrentamientos inconclusos, enfrentándose también
a bandas de hombres bestia o de adoradores de Nurgle, el peregrinar de Trifón
le lleva de nuevo al norte.
10 En un antiguo túmulo Trifón encuentra una armadura del Caos. Aun sabiendo que aceptar el regalo supondrá dedicar definitivamente su vida a servir al Caos, el kislevita acepta su destino.
11 Trifón envía a Curval el Reprobado y a
sus hermanas al este, de donde eran originarios, para que hagan de heraldos y
consigan atraer nuevos guerreros a su causa antes de internarse en las tierras
de los Tahmaks.
12 Tras varias lunas sin recibir respuesta
de Curval, Trifón moviliza a todas sus huestes y se dirige hacia el encuentro
de Martin Khornelissen, que ha vuelto para desafiarle de nuevo.
13 Tras algunas escaramuzas previas,
finalmente las dos huestes se encuentran en el campo de batalla y los dos
paladines se ven nuevamente las caras. El combate entre ambos es legendario,
con los propios dioses observando con atención el enfrentamiento mientras a su
alrededor hombres y bestias de ambos ejércitos se aniquilan sin parar. Finalmente,
los dioses mandan a su ungido, Asavar Kul, para que detenga el combate e
incorpore a ambos guerreros y a sus seguidores bajo su estandarte.
14 Trifón reorganiza a sus fuerzas durante
los meses previos al comienzo de la Gran Guerra, aunque lo debe hacer sin la
ayuda de Sorros, que murió en el enfrentamiento contra Khornelissen.
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