Saludos a todos, damas y caballeros.
En esta entrada, en la que hablaba de mi Proyecto Devoradores de Mundos, dije que iba a volver a jugar a 40k por primera vez en 7 años. En 2014 jugué bastante a este juego con Fornidson vía Vassal (y de ahí salieron cosas muy sexys, como el rescate del Marqués de Seda), pero entre que jugué muchas partidas y que 2014 fue un año ya de por sí bastante GRIMDARK para mí, sin necesidad de añadir GRIMDARK adicional en 40k, me acabé cansando del juego. Y aunque no tenía intención de usar mis Devoradores de Mundos para jugar, Chernov me incitó a ello, y puesto que siempre es un placer jugar con él, acepté.
Jugamos a segunda edición, a la que Chernov ha jugado poco y yo nunca. Eso no es demasiado problema en realidad porque las reglas de Necromunda y Gorkamorka, a los que he jugado más, son básicamente las mismas. Sin embargo, decidimos jugar una primera partida pequeñica a 500 puntos y acto seguido una a 1000 ya con vehículos, para ir asentando las reglas poco a poco. En ellas, mis Devoradores de Mundos se enfrentarían a su Legión de Acero de Armageddon, en lo que probablemente representa una de las incontables batallas que se vivieron en la Primera Guerra de Armageddon, cuando el fenómeno de Angron apareció por ahí y solo pudo ser detenido por cientos de caballeros grises, de los que acabarían sobreviviendo unos 15. Cosas de Angron.
Los seguidores de Khorne avanzan en los desiertos de ceniza de Armageddon |
Jugar con Khorne, sea en Fantasy o en 40k, es una experiencia de juego muy extremista: vas a tirar para alante sabiendo que es casi imposible que enfrente tengas algo mejor que tú en cuerpo a cuerpo (en 40k están los genestealer, en Fantasy yo creo que nada), sabiendo que pocos de los tuyos llegarán porque el rival va a dispararles como si no hubiera un mañana y tú no tienes disparo o magia con lo que impedirlo, y confiando en que los que lleguen sean suficientes como para aniquilar al rival a hachazos. En otras palabras, no es una experiencia para cobardes, y hay que tener en mente que lo importante es que mane la sangre, no de dónde proceda.
La primera partida siguió fielmente este esquema, y fue una auténtica masacre. Aunque Chernov me superaba en número, no tenía demasiadas armas pesadas, por lo que no pudo matar a todos los que hubiera querido antes de que yo llegara. El primero en cargar, cosa obvia dado su enorme movimiento, fue el demagogo. Pese a no estar pintado porque no tuve tiempo suficiente, hizo una auténtica escabechina antes de palmar, algo digno de Khorne.
¿Veis esos cinco con los que está trabado? El tío bruto los mató a todos |
Los marines no se quedaron atrás: de los 10 que empezaron sobre la mesa llegaron al combate unos siete, que pronto se dedicaron a hacer una auténtica escabechina, masacrando guardias a placer, hasta un total de 13 guardias. Debo destacar al portador de la reliquia y al renegado que anteriormente fue un Espada Sangrienta, pues la mayoría de las bajas las causaron entre los dos.
¿Qué pasó con los demás? Bueno, la fama de los Legionarios de Acero no es en modo alguno inmerecida, pues entre ellos también hay grandes héroes, y yo debí toparme con el bisabuelo de Yarrick... un comisario que logró matar nada menos que a cuatro berserkers él solo. Solo digo que eso es uno más que un cierto individuo al que conocen como "El Matador" por haberse cargado a tres berserkers. Pero claro, él es un lobo espacial y hay que mimarlo.
El bisabuelo de Yarrick venciendo a Crassus, un Ultramarine renegado |
En resumen, esta partida terminó con una auténtica masacre por parte de ambos, que acabamos perdiendo al 75% de nuestro ejército. Sin duda, Khorne estuvo orgulloso.
En la segunda partida metimos 500 puntos más, que en el caso de Chernov significó tener tres Chimeras, y en mi caso algunos berserkers más, un paladín con puño de combate... y a Vlad Khorgal, el Paladín Legendario que comanda mi ejército. El nivel de salvajismo se incrementaba.
En este caso, el aumento en potencia de fuego de Chernov con la inclusión de los Chimeras se notó bastante. Aunque los multiláser y los bólter pesados no son armas con mucha fuerza o penetración, tienen una gran cadencia de fuego que, por saturación, acaban matando a los berserkers. En consecuencia, muy pocos de mis marines tarados llegaron al combate. Pero hay tres instantes que vale la pena destacar.
En mi primer turno, las motocicletas movieron la burrada de 75 cm y cargaron contra el Sentinel, al que destuyeron matando al piloto. Luego esas motos fueron aniquiladas, pero eso me permitió desviar cierta potencia de fuego de Chernov sobre mis berserkers.
A la mierda el Sentinel |
Después, cuatro berserkers lograron cargar contra uno de los Chimeras. Mis esperanzas estaban puestas en el paladín con puño de combate, y no se vieron defraudadas: el tío metió un par de puñetazos tan brutales que no solo reventó el tanque, sino él, todos sus acompañates, un legionario de acero que pasaba por allí, y no se llevó por delante también al tanque de al lado de milagro.
Destrucción brutal. Khorne approves. |
Y finalmente, el momento estelar: Vlad Khorgal cargando. La potencia de fuego de Chernov hizo que el pobre llegara solo, y de hecho si consiguió trabarse fue gracias a su salvación de 2+ repitiendo por la Alabanza de Khorne.
La mecánica de combate cuerpo a cuerpo de segunda edición fue muy criticada por ser muy engorrosa. A mí no me dio esa sensación, aunque es cierto que si hubiéramos tenido que resolver un combate de 30 orcos contra 20 guardias imperiales lo mismo nos tiramos ahí todo el día. La particularidad de este sistema, en todo caso, es que favorece mucho la superioridad numérica, de forma que incluso una auténtica bestia como Vlad Khorgal puede ser derrotada por tropas inferiores si se concentran en número adecuado. Yo sabía que Vlad no iba a destruir a todo el ejército de Chernov, pero quería saber a cuántos mataba y los fui contando, de hecho.
Vlad consiguió acabar con cuatro guardias normales, uno con rifle de plasma, un sargento y el comisario bisabuelo de Yarrick en cuerpo a cuerpo. Eso hacía siete cráneos. Y en el duelo por el octavo cráneo, el número que habría satisfecho a Khorne...
El Capitán que lideraba a los legionarios de acero consiguió, gracias a una tirada desastrosa por parte de Vlad y a su espada de energía, cargarse al enfervorizado paladín de Khorne. Así que el octavo cráneo acabó siendo el de Vlad.
Lo cual demuestra la veracidad de las palabras que recoge el codex de segunda edición del Caos en cuanto a los berserkers:
"¡Os saludo! Aunque vuestro camino ha sido largo y sangriento, habéis servido a nuestro Señor con coraje y sin mella, y el honor de los verdaderos guerreros. Hoy hemos visto caer a muchos y debemos recordar, incluso en el momento de nuestra propia muerte, que nuestra sangre también es bienvenida..."
Tras recolectar siete cráneos, Vlad Khorgal descubre que el octavo cráneo es el suyo. Si no fuera porque acabo de crear este personaje, esta habría sido su muerte. Es perfecta. |
La verdad es que me lo pasé muy bien retornando el juego, creo que el (largo) parón me ha sentado bien y lo he cogido con ganas. Sé que nunca será para mí algo tan especial como Infinity, Fantasy o, sobre todo, Mordheim, pero siempre es bueno tener otro juego más en el que recolectar... ¡Cráneos para el Trono de los Cráneos!
Un placer jugar contigo! Muy chulas las partidas, ya tengo ganas de echar la siguiente. Ya tengo a los valhallianos calentando por la banda, para que no haya tanto chimera dando por saco xd
ResponderEliminarLo mismo digo buen hombre!! Nurgle tiene envidia de Khorne por lo visto, pero al final nada puede frenar al dios de la guerra en un futuro donde solo hay... Guerra xD
EliminarMuy buenas partidas! Y muy chulos esos ejércitos!
ResponderEliminarEsos tanque están pintados a aerógrafo?
Buenas! Sí, a aerógrafo menos las partes de metal, lo rojo y blanco del número de identificación, que es una calcomanía, y los cristales.
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