Saludos a todos, damas y caballeros.
Desde hace tres años me gusta llevar un registro somero (una carilla de Word) de cómo se da un año en términos de frikismo. En parte porque me gusta ver la continuidad de los proyectos y la evolución de cuáles son los juegos a los que más le doy, y en parte para que esos buenos ratos no caigan en el olvido. Al fin y al cabo, una de las grandes ventajas que tiene este hobby frente a sus competidores es que tiene un componente social muy importante, y cada partida, o la inmensa mayoría de ellas, representa un rato de disfrute con los colegas, reunidos en torno a pequeños individuos de metal, plástico o resina.
Resumen gráfico de 2020 |
Este elemento social se ha vuelto un poco en su contra este año tan raro, pese a lo cual lo cierto es que he conseguido jugar bastantes partidas. Nada menos que 41, que se quedan muy cerca del récord de partidas jugadas desde que tengo registro, las 44 de 2018. Aunque es cierto que las de este año son un poco "trampa", pues parte de ellas han sido vía Vassal, pero bueno, se pueden contar. Además, el año ha sido espectacular en cuanto a pintura (al menos en cantidad, la calidad ya...) con más de 200 miniaturas pintadas. Como referencia, en todo 2017 no llegué a 30.
Así que, al más puro estilo cadena de televisión la noche de las campanadas, voy a hacer un repaso de lo que ha sido 2020 en términos de frikismo para mí. A diferencia de cualquier otro año, seguro que este resumen friki será mucho más interesante, o al menos más agradable, que el que cualquier canal dará respecto a 2020.
PARTIDAS Y CAMPAÑAS
Dada la enfermedad que tenemos en el Troglablog, hablar de partidas y campañas es prácticamente lo mismo, pues es raro que juguemos partidas sueltas. Es más, a veces partidas sueltas dan lugar a campañas, como sucedió con la partida que jugué con Jaime y Sedeño a primerísimos de año (que relaté en "La Dama y la Bruja") y que acabó derivando en la campaña "Círculo de Hechicería". Las circunstancias del año han hecho que no podamos terminarla todavía, pero hemos jugado ya dos de las cuatro partidas, ambas victorias para la Coalición de Bretonia y Altos Elfos.
El inicio de la pandemia nos evitó quedar para jugar, pero Fornidson y yo recurrimos a Vassal una vez más, jugando la campaña "La Incursión por el Cráneo de Obsidiana". La teníamos planificada desde hacía varios años, precisamente para jugarla online (aun no tengo listo mi ejército de elfos oscuros), y cuando la cosa se puso fea le dimos. Luego seguimos con "El Waagh de Razghaz Rompedientes", pero el desconfinamiento y, por qué negarlo, lo que me abruma tener que manejar 4000 puntazos de orcos en Vassal hizo que dejáramos la última partida sin jugar. Pero pronto reuniré valor para terminarla, no se pueden dejar las campañas sin finalizar.
Hemos conocido criaturas terribles en las costas de Nordland. Imagen de karichristensen |
Otra cosa buena que trajo el confinamiento fue que uno de mis hermanos, que vive en Inglaterra y que fue el responsable de iniciarme en el frikismo hace casi veinte años (aunque yo soy mayor que él), volvió a España en esos meses. Así que aprovechamos para reengancharle a Mordheim con una campaña en tres actos, "Un Asunto de Contrabando", en la que sus marienburgueses iban a ocuparse de unos contrabandistas y acabaron encontrando al Culto del Tiburón Primordial. Se supone que esos adoradores de demonios marinos han sido erradicados, pero nunca se sabe...
Por último, empecé una pequeña campaña de Rangers of Shadow Deep versión Froster Scrolls, "El Refugio del Cuervo". Lo bueno de RoSD es que permite jugar solo, cosa que en principio no es un gran atractivo hasta que te tienes que quedar en casa por culpa de Nurgle y ya la cosa cambia.
La famosa desescalada hizo que pudiéramos volver a quedar, con lo que no jugué más partidas de esa campaña, pero Fornidson y yo decidimos celebrarla con otra de Infinity en tres actos, "La Gran Evasión". Dos equipos de sendas compañías mercenarias, Dahshat e Ikari, se infiltraron en las instalaciones de la Shasworth Egalitarian Foundation para desvelar un terrible secreto, concretamente por qué demonios sus iniciales coinciden con los de la Shashvastii Expeditionary Force.
También hemos investigado círculos mágicos en Averland. Imagen de Sue Massey |
Desafortunadamente, no hemos podido recuperar todos los planes que teníamos antes de la pandemia. Por ejemplo, la campaña de Gaslands "Murcia is a Lie" nos dio únicamente para una partida, y aunque la intención era jugar una al trimestre, no ha podido ser. La Tercera Era, que empezó con fuerza con una partida en febrero y otra en marzo, ha podido continuar, pero solo con un escenario. Eso no significa que haya tenido poco Mordheim: hicimos una campaña en Almería, en el Club Antebellum, que entre otras cosas nos permitió maravillas como un Caos en las Calles de nueve jugadores. La segunda ola y las restricciones a las reuniones acabaron con esto, pero lo disfrutamos mientras duró
En cuanto a partidas sueltas, que las ha habido, me quedo con la partida con la que iniciamos N4: una auténtica maravilla entre el Ejército Combinado y Órdenes Militares que acabó en una masacre épica y gloriosa.
PINTURA Y PROYECTOS
Vaya una cosa por delante: soy un mal pintor. Pero una miniatura mal pintada (siempre que alcance un mínimo de decencia, que creo que sí la alcanzo) es mejor que una miniatura sin pintar. Hace tres años decidí que ya iba siendo hora de empezar a jugar con las cosas pintadas, y he intentado poder hacer eso en todos los juegos. Bueno, este año he logrado pintar más de 200 miniaturas, lo cual debe ser, sin exageración, más que en todos los 18 años previos de vicio.
Y visto de lejos se nota menos |
Y es que además de bandas, con un número pequeño de miniaturas (como el caso de mi banda de Averland para Mordheim o Ikari en Infinity), he conseguido terminar mi ejército de No Muertos y poder decir por fin que tengo un ejército de Fantasy completamente pintado. En realidad buena parte del trabajo ya lo había hecho en 2019, pero este año lo he rematado. Y también un ejército del Caos de Khorne dentro de la campaña/escalada Sangre y Gloria. Me ha gustado mucho esta forma de pintarse un ejército a lo largo de un año, y en 2021 repetiremos sin duda.
2020 ha sido también el año en que he iniciado dos proyectos, que ni he terminado ni pensaba terminar de todos modos, y no sé si lo haré en 2021. Por un lado, el Proyecto Imperio, con el propósito de rescatar a mi "primer amor" (qué cursi) en Warhammer Fantasy, los aguerridos hijos de Sigmar que llevaban años o décadas durmiendo el sueño de los justos en tuppers y, de paso, tener un ejército del Bien en este juego. Por otro lado, el Proyecto Mesa, con el que conseguir tener una mesa de juego suficientemente decente para juegos de Fantasía (para Infinity ya tengo) y no tener que depender de que el pobre Fornidson venga siempre cargando de varias cajas cuando jugamos en mi casa. En ambos he avanzado menos de lo que querría, pero ahí están.
Tumba de un fiel de Jesucristhor. Cosas veredes... |
TRASFONDO
A nadie que haya leído este blog siquiera sea durante dos minutos se le escapa que lo nuestro es el juego narrativo. En mi caso, llevo eso hasta el límite de lo enfermizo. Me encanta escribir relatos (que lo haga bien o no ya es otra cosa), y procuro escribir al menos uno al mes, cosa que he conseguido. Generalmente vienen a colación de las campañas o partidas que jugamos, aunque a veces son cosas aisladas o relatos que tenía que haber escrito hace tiempo y por lo que sea no lo hice, como la razón por la que Chantal no murió en Mordheim y que por fin pude escribir en este relato.
Lo que hace avanzar nuestro Trasfondo particular son casi siempre las campañas, de las que salen las conquistas, las victorias, los personajes que aparecen en la narrativa y los que caen en combate. Dentro de los juegos a los que jugamos, Mordheim es seguramente el que tiene el componente narrativo más fuerte, y ahí está nuestra Tercera Era generando nuevos personajes como el marienburgués Koos De La Rey (quien volvió de su misión en Nordland algo trastornado) y trayendo la muerte a otros, como el Padre Klaus Brüne, el anciano y afable sacerdote de Wissenkirche, que fue asesinado por hombres bestia. Por no hablar de la maravillosa trama narrativa que se traen los enanos de Clavy, quienes no son totalmente de fiar.
En cada batalla les crece un poco el sombrero... hasta que acaben así |
Pero todo juego es narrativo si uno se lo propone. Y nosotros nos lo proponemos. Incluso en el caso de Infinity, un juego que en principio tiene un componente narrativo escaso (una impresión que de todas formas no comparto), he podido avanzar mi Trasfondo matando a una de mis líderes, la caballero Catalina del Piero, quien tuvo una muerte la verdad es que bastante heroica.
En Fantasy, la incursión de Chantal en Quenelles en el Círculo de Hechicería ha permitido escribir un relato presentando a una de las muchachas de su cábala, la infame Sarai. Y más importante que eso (por ser una campaña ya terminada), mi señor corsario druchii, Anleith Seadrake, consiguió cumplir su objetivo de encontrar el Cráneo de Obsidiana en Norsca, consiguiendo no solo llevárselo consigo sino que murieran todos sus "aliados" en su ejército. Sin duda, un negocio bien hecho.
No hay que fiarse de un corsario, ni de un druchii, así que menos de un corsario druchii |
COSAS NOVEDOSAS
Uno pensaría que después de tanto tiempo en el hobby es difícil encontrar cosas nuevas. Por suerte, este hobby es tan extenso que siempre hay algo que descubrir. De hecho, muchos de los juegos a los que le doy con cierta intensidad los he conocido hace poco: 2018 fue el año en que descubrí Infinity, y 2019 el año en que descubrí Gaslands, ambos grandes juegos.
Este año no ha sido diferente. Para empezar, hace poco jugué una partida de Leyendas del Viejo Oeste con Víctor, del blog Hielo y Acero. Siempre he querido meterme en juegos del Oeste, me parece una ambientación fantástica, y aunque esta partida no ha tenido mucha continuidad (por culpa de la segunda ola, sobre todo), confío en poder hacer algo más estructurado el año que viene.
Sin embargo, el gran descubrimiento no ha sido ese, sino ESDLA. Tras una primera partida en la que me gustó bastante el juego, me hice con la base de un ejército de Hombres del Este y durante un tiempo le dimos de forma intensa a Compañías de Batalla en Antebellum. De nuevo, la segunda ola y las mayores restricciones en Almería mataron un poco el entusiasmo, pero con un juego tan interesante seguro que volverá en breve.
Pues esto ha sido todo, que no es poco. Es satisfactorio ver cómo, incluso en un año tan particular como este condenado 2020, hemos podido hacer cosas interesantes con este nuestro hobby y pasar buenos ratos en la medida de lo posible. En lo estrictamente personal también ha sido un buen año, curiosamente mucho mejor que 2019, que desde un punto de vista médico fue mucho más jodido para mí y sobre todo para mi familia. Así que de hecho, al margen del coronavirus no tengo grandes motivos para quejarme, más bien al contrario.
En unos días publicaré una prospectiva de lo que espero de 2021 en cuanto a frikismo. Si algo hemos aprendido este año es que intentar prever el futuro, incluso un futuro cercano, es un ejercicio bastante poco útil, pero hay que tener planes. Y si se cumplen o no, Dios dirá.
Hasta entonces!
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