Saludos a todos, damas y caballeros.
Hace unos días publiqué el tercer escenario de la campaña "El Lamento de Wallenstein", campaña que, como dije en esa entrada, ha tenido que estar parada un tiempo mientras hacíamos acopio de las cosas que íbamos a necesitar para jugar: un barco imperial, tapete marino (o fluvial en este caso, pero da lo mismo) y balsas para los goblins. Aunque eso nos haya retrasado, creo que el resultado vale mucho la pena.
Como también he dicho en alguna ocasión, esta campaña es especial porque explora opciones menos explotadas en Warhammer pero igualmente molonas: la primera partida fue una escaramuza, y la segunda (como será la cuarta y última) una partida de semiasedio. Esta tercera ya riza el rizo y nos presenta una escaramuza en el mar, cosa absolutamente preciosa. Éstas son las cosas que se pierden los que rechazan lo narrativo por mor del equilibrio. Ellos sabrán.